Alejandro Gómez Carrillo

Me pica la memoria

La lana es noble, antigua, sabia. Sé que ha abrigado cuerpos, que ha salvado inviernos, que en otras geografías es refugio. Pero en la mía, no encaja. La lana me cae mal. No es trauma, es textura. Mi piel no la quiere. Nací en el calor de los 1480m sobre el nivel del mar, entre telas que flotan, entre cuerpos que sudan y buscan alivio, sin peso.

En mi casa, mirábamos la lana, pero no la tocábamos. Decíamos que picaba, que se enredaba, que sofocaba. Y desde el sentir de mi cuerpo era verdad. Esta es una traducción que no es contra ella, sino sobre ella. Sobre lo que pasa cuando un material se siente extraño, impuesto, incompatible. A través de estas miniaturas traduzco ese desajuste. La lana aquí no es abrigo: es contradicción. Pica sin querer, se enreda sin malicia, sofoca sin saber. Pero yo también tengo derecho a nombrar lo que me incomoda. A contar mi versión del tacto. Esta es mi forma de escuchar a la lana y, desde el respeto, decirle: yo no te habito.

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las junto y ellas se transforman // Natalia Avila Martinez